martes, 2 de junio de 2009

El pino, el bosque y la morocha

Cortesía de "un día peronista"
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Joven Nº 1
¡Qué profesor garca! Todavía no sé cómo zafé. Me hizo dos preguntitas y le dije lo que el tipo había dicho la otra clase y listo. Me podría haber paseado. Lo que no sé es por qué bochó al pibe que pasó conmigo. Sabía una banda y, cuando el viejo lo dejaba, no paraba de hablar. Hasta parecía que le daba clases el flaco al profesor. Lo que pasa es que se metió en el tema ese que el viejo choto dijo en clase que no se lo toquemos porque piensa distinto. Yo lo banco al chabón en la discusión, pero ¿justo en el parcial? El viejo es un facho de aquellos y al flaco se le ocurre hablar justo de lo que no le gusta.
Joven Nº2
¿No te digo que en estos boliches caretas son unos botones? Vamos a la barra mientras te cuento... Al final tuve que pagar toda la entrada. Nos hacían descuento, pero sólo si entrábamos todos juntos. Lo que pasa es que éramos un montón y nos empezamos a hacer un quilombo con el cambio, con las monedas. Después querían que nos pongamos en fila y hagamos una cola infernal. Y algunos se tuvieron que ir porque no llegaban con la guita.
Si serán botones en estos boliches caretas...
Joven Nº3
¡No me insistas más, chabón! La mina me tiraba onda, eso es obvio, pero no me cabía del todo. No sé cómo decirte, ¿viste cuando está tan regalada que pierde el chiste? Yo venía buscando una piba así desde que tenía como 14 años, justo cuando leí Las venas abiertas de Galeano y la vengo a encontrar justo en mis vacaciones en Tilcara. Dejáme de joder, quería estar de joda y la vengo a conocer ahora. Tenés razón, no te voy a discutir que la morocha está buenísima. Yo quería una mina independiente, así como ella, que piense por sí misma, ¿viste?. Pero en una de ésas, hablando con ella me dí cuenta de que fumaba un montón y de esos cigarros negros que dan una baranda terrible. Bah, tanto no fumaba, pero el humo me molestaba. Después dejó de fumar porque yo se lo pedí, pero ahí me dí cuenta de que si cambió de parecer porque yo se lo pedí, al final no era tan independiente. Además era muy conservadora, loco. ¿Te acordás cómo se vestía? La mina era un camión y no mostraba nada, siempre con ropa holgada, pantalones flojos, zapatillas gastadas, un embole. ¡Claro que cambió! ¿Para qué le habré dicho que le ponga más onda al vestuario? Se me fue para el otro lado, si no había chabón que no la mirara con esas polleritas que se empezó a poner. Salían de los balcones para verle el escote. ¿Quién se cree que es la mina para pensar que yo voy a andar compitiendo por ella con todos los demás tipos? Además, si me pongo a salir con ella, mirá si me mete los cuernos...
Al primer pibe
no le importa que el gobierno nacional esté dando una enorme lucha política y discursiva contra los sectores concentrados de la economía y los grandes medios de comunicación. Mientras se discute la ley de Radiodifusión, que regula a los grupos monopólicos de medios, él prefiere hablar de algo que no le moleste a nadie, como el “tema de la minería”. Sabe que algunos periodistas defienden intereses empresarios, pero a él lo invitan a todos los programas y lo tratan bien porque lo que diga no los va afectar en sus intereses económicos. Sabe que su compañero debía aprobar, pero prefirió limitarse a hablar de lo que quería el profesor garca.
Al segundo
le da lo mismo que se debatan dos proyectos de país, uno inclusivo y otro excluyente. O se profundiza el inclusivo o viene la derecha atendida por sus propios dueños, de la mano de Macri, De Narváez y Duhalde. No hay otra vuelta. Sabe que el boliche les hace descuento si se ponen de acuerdo y tienen paciencia, pero prefiere hacer la propia, aunque al final sea peor y tenga que pagar más y quedarse sólo.
Al último
no hay nada que le venga bien. Esquivando el compromiso, siempre le va a encontrar un pelo al huevo. Si se empezó por depurar la Corte corrupta, había que empezar por los jueces; si se logró una quita del 75% con el FMI, había que lograr el 80%; si se estatizaron las jubilaciones, había que hacerlo antes; si Chávez, Evo y Correa nos llaman compañeros, lo hacen por conveniencia o protocolo. La mina está buena y le da bola pero él prefiere mirarla de lejos.
El 28 de junio los tres pibes votarían a Pino Solanas, excepto que alguien los convenza de que es mucho mejor plantársele al profesor garca, entrar al boliche junto a todos sus amigos con descuento y por supuesto...
¡quedarse con la morocha!

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