jueves, 9 de diciembre de 2010

Una patria para pobres.



Porque los pobres queremos una patria, porque los pobres somos a los que nos robaron la patria, porque somos los echados, los despreciados, por indios, por ignorantes, por tanos brutos, por gallegos mezquinos, por judíos de mierda, por analfabetos, por sostener nuestras ultimas dignidades con los puños cerrados, por llegar con la angustia a flor de piel a los hospitales y las escuelas de las ciudades de los bacanes, con nuestros hijos con hambre de comida y de futuro, porque nunca nos invitaron, porque nos prefieren escondidos, o muertos, o lejos, o dejando la vida en la oscuridad de un taller mugriento, o llorando en esa otra oscuridad, la de la iglesia...

Los pobres queremos una patria, y decidimos fundarla aquí, regarla con nuestra sangre por 200 años, adivinarla en la prístina mirada de aquella muchachita de Los Toldos, caminarla, conocerla, construirla, meterle nuestras casitas por todos lados, llenarla de purretes que hagan lio y bochinche en cada uno de sus rincones, hacerla segura para ellos, sacándole de la funda el fierro asesino al cobani, poblarla de alegrías, de lerdas pero dulcísimas victorias...

Los pobres fundamos una patria, y definimos una política inmigratoria, una clara política inmigratoria que dice mas o menos así:

"cuando regresen a Nueva York, mandenmé pobres como soy yo; a ellos les daré mi mano y con ellos cantare por que el canto que ellos saben es el mismo que yo se..."

Los pobres estamos construyendo una patria de pobres, una patria en la que poder por fin salir de pobres; a algunos parece molestarle...

No hay "liberalismo", no hay "management político", ni siquiera puedo hablar de fascismo. Lo único que hay es la podrida mente de un canalla, la hediondez de una humanidad en descomposición, la mas puta y pura maldad.

Están haciendo política con cadáveres, parece que les salen mas baratos que los cartelitos y los minutos de aire, y ahora la última novedad del marketing político es la muerte.

Te lo ruego, hermano, ayúdame a sacarme este asco inocultable que me esta generando ser porteño; ayudame a volver a ser vecino de Discepolo; ayudame a que este inmundo, este salvaje se vaya para siempre de nuestra ciudad...

La Peñaloza Buenos Aires (que no está bueno...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esta cerca hermano
se viene la primavera cabecita

será por eso que los hacedores
de cementerios han entrado en pánico

pero no podrán con nosotros
no podrán con el pueblo

un abrazo


Melena

Daniela Godoy dijo...

Buen post; quiero agregar que muchos y muchas porteños/as nativos y por adopción, no compartimos esta infame miseria humana.
Que estamos empeñados/as en deconstruir la historia oficial para ver todo lo que nos une con las luchas emancipatorias de Tupac Amaru, de los que soñaron la Patria Grande Latinoamericana.
NO SOMOS NI QUEREMOS SER RUBIAS NI DE OJOS CELESTES: sabemos que hay una herencia heroica que retomar desde el amor y la dignidad, con todos y todas.
Cada vez habrá menos lugar para los que odian en esta patria nueva que vamos haciendo, poco a poco pero con toda la fuerza.
Tod/asos somos bolivianas/os, paraguayos/as, quoms...
Un saludo