martes, 14 de febrero de 2012

de conquistas, iluminismos y el peligro de encandilarse:


Suele ocurrir que en determinadas coyunturas, ciertas manifestaciones de las gentes nos llevan a pensar que el pensamiento de las mismas va mucho más allá de lo que en realidad es…
en los ´70, fuimos muchos los que pensamos que la gran mayoría de los argentinos querían el “socialismo nacional”, lo cual no era así ni por asomo.

En la actualidad veo a muchos pensadores (carta abierta, por ejemplo) que hacen un balance de la politización de la sociedad que en realidad sólo es válido para ellos, para algunos militantes del facebook y para los seguidores de 6,7,8… pero aún sumándole a todos ellos los militantes en serio (jóvenes y viejos), seguimos siendo una minoría con relativo peso en las decisiones del conjunto.

Lo peor cuando uno intenta hacer análisis político es chingar el diagnóstico.

Creerse que Famatina es un reclamo popular e ignorar la presencia de gente que no es de allí y que quiere hacer de Famatina algo distinto a lo que sus habitantes vienen haciendo desde hace años es, primero una falta de respeto hacia la gente, y segundo una visión errónea de la realidad.

(es como creerse que Buenos Aires representa lo más álgido del pensamiento argentino e ignorar que votan a Macri…
es ignorar que a este Proyecto muchos y muchos lo votan por que pueden cambiar su 0Km pero que lo demás les importa un pito…)

Y eso de la falta de respeto a la gente pasa por menospreciar a los lugareños, algo que ocurre en todo el interior de nuestro país.

Hace 80 años o más, los porteños llegaban al interior haciendo derroche de autos y dinero y pensando que podían llevarse por delante a todo el mundo. Todavía no había llegado Perón, y claro, los que podían veranear eran los cajetillas y una parte de la clase media alta. Representaban lo peor de la ideología gorila, para la cual, la gente humilde es bruta e ignorante; lo mejor de Sarmiento reclamando la sangre de los gauchos.

Quienes hoy vienen al interior y quieren cambiar las reglas de juego de sus sociedades, encarnan sin saberlo, la misma ideología: los lugareños son brutos y por eso los políticos los engañan. Piensan que con el choripán les meten las minas a cielo abierto y los lugareños como son ignorantes se la comen. ¡Por suerte están ellos que vienen a salvarnos!!!!! (Es pinosolanismo básico)

En esa cruzada son acompañados por numerosos europeos que nos vienen a dar clases de ambientalismo… justo ellos!!!! que han desvastado su continente.

En realidad los ignorantes son ellos, todos ellos… o ignorantes, o inocentes… o brutos…
el peor elemento contaminante de estos lugares no es el cianuro, no es el “polveo” de la minería a cielo abierto… no es la “abrumadora” cantidad de agua que demanda la minería…

el mayor elemento contaminante de estos lugares es el hombre…

con lo cual y haciéndome eco de muchos y muchos pobladores autóctonos les digo: si no les gusta como vivimos, quédense en sus casas…! y no jodan.

Ya vinieron hace 500 años y así estamos….

Roberto Martínes, La Peñaloza Córdoba.

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